jueves, 5 de marzo de 2009

-¿POR QUÉ DESAPRUEBAN LOS MAESTROS EN EL PERÚ?

¿POR QUÉ DESAPRUEBAN LOS MAESTROS EN EL PERÚ?
José Cerna Montoya
elunicoprofesor@gmail.com

Las informaciones de diarios y noticieros de radio y televisión, después de la última evaluación del magisterio peruano, se lucieron en titulares al anunciar con mucha pedantería “otra vez los jalaron” y ante ello no ha habido algún maestro, sometido a este vejamen que haya reaccionado con valentía y sobre todo deslindando con la propuesta del gobierno aprista, actual representante del imperio americano; pero, hoy, dejamos de argumentar la última afirmación para encarar el tema central de este artículo.

Como corresponde a cualquier científico social, toda afirmación debe partir de una realidad concreta, en tanto se ha efectuado un recorrido en una cantidad considerable de Instituciones educativas en este último mes de matrículas, y preguntados los padres y madres de familia, Qué opinaban sobre la capacidad de los docentes, ninguno tuvo queja alguna; por el contrario, mostraban palabras de elogio por los maestros de sus hijos; con la misma intensión se visitó a algunos directores y éstos, tenían la misma opinión por su personal; entonces si los padres de familia como los encargados de dirigir las instituciones educativas, presentan la misma opinión, ¿por qué desaprueban los maestros?.

En primer lugar, el gobierno no ha encontrado un mecanismo más eficaz para desacreditar al SUTEP, sino, evaluando al magisterio peruano, y claro desaprobando a los maestros, para luego mostrar a los profesores como incapaces, y, con este argumento, enfrentarlos con padres de familia, además avanzar con el objetivo supremo, la privatización de la educación; también hay “evidencias” para no aumentar los sueldos, y de paso llamarlos haraganes, ociosos, y avanzando más allá, se les adjetiva como terroristas, comunistas, militantes de izquierda radical y cualquier otro adjetivo perjudicial y denigrante a los maestros y de manera especial a la dirigencia del SUTEP, se suma al argumento barato y trasnochado, “el SUTEP, es el seno de Patria Roja”. Como si militar en un partido político fuera pecado.

Es bueno tener en cuenta siempre, en los análisis vinculados a los maestros, la cantidad de años empleados en su formación. Los titulados en las dos últimas décadas lo han hecho, en no menos de 10 ciclos o 5 años de estudios y todos los títulos expedidos son a nombre de la nación, por lo tanto, los representantes de la nación, es decir el estado, es el primer responsable, en segundo lugar, son las instituciones de formación académica, es decir, los Institutos pedagógicos y las universidades, tanto, centros estatales como privados, teniendo mayor responsabilidad los orientados a la “producción” de profesionales sin los perfiles y estándares congruentes con las exigencias del desarrollo de la ciencia y la tecnología; a la vez, esta situación puede ser superada por la preocupación personal de cada profesional y la supervisión permanente de los directores y/o responsables del área académica de cada Institución educativa.

Lo descrito líneas arriba, es lo concerniente al marco genérico del problema, a la vez, se añade como complemento, la evaluación como instrumento de medición cuantitativa; ésta sin lugar a dudas no responde a la realidad de cada docente, dicho de otro modo, es incongruente al nivel y/o a su especialidad.
Los maestros y maestras son evaluados en temas que jamás trabajan en las aulas, por ejemplo, los ítems referidos a comprensión lectora, las respuestas pertenecen al raciocinio del autor de las preguntas. La maestras de educación inicial, en que momento pueden emplear y más ejercitar, el nivel de matemática requerido en la evaluación; de igual forma las maestras o maestros cuyo trabajo es el área de sociales o idiomas; más por oposición a estas materias, los dedicados a enseñar matemáticas, se han dedicado a su especialidad con la finalidad de lograr un buen perfil, entonces ¿porqué el estado no evalúa lo concerniente al quehacer especifico del maestro?

A la calidad de la evaluación se suma las actividades complementarias de las maestras y maestros en nuestra realidad, el ingreso económico es insuficiente, no alcanza para la canasta familiar, el sueldo promedio es mil soles, de los cuales se debe pagar un préstamo en el banco, del resto, cancelar la renta de la casa, luz, agua y desagüe, (si vive en una zona con estos servicios), y diariamente, pasajes, alimentación, vestido, gastos en la educación de los hijos, capacitación e implementación del maestro mismo, etc. etc., entonces entra a una situación de carencia económica, por tanto debe dedicarse en sus horas libres a trabajos extras, muchos son admitidos en Instituciones educativas particulares, pero a ello no pueden acceder las maestras de educación inicial, por consiguiente, tienen ocupaciones fuera del ámbito docente, con ello restándole tiempo para la lectura o mejor preparación; un buen número de docentes se dedican al servicio de taxi, a las ventas o u otro quehacer digno.

Algunas personas como medios de comunicación afirman sin justificación alguna, lo siguiente, “…los mejores profesores están en las Instituciones Educativas privadas”, ello debe ser cierto, pues tienen un mejor ingreso y cumplen con todo lo solicitado por los promotores o dueños, además su jornada de trabajo es más allá de estar con los alumnos, como se estila en los centros de educación estatal.

Es real la paradoja, los primeros puestos de los pedagógicos como de las universidades con titulo en la mano, no alcanzaron aprobar el examen, porque probablemente discrepen académicamente con los pensamientos y concepciones de los autores de las evaluaciones.

Las evaluaciones deben partir del cartel de contenidos propuestos para la enseñanza de los menores hechas por el Ministerio de educación, pues, sin lugar a equivocación, son estos ítemes los orientadores del trabajo de los maestros y maestras, cuyo elemento de sazón están constituidos por los métodos y técnicas correspondientes a cada asignatura o área, de cada nivel.

Si las evaluaciones estuvieran al margen de la concepción política sin duda el resultado sería diferente y los intentos de reforma educativa de cada grupo en el poder tendrían un solo norte, la educación de calidad, además no es posible, por la precariedad del presupuesto designado para el sector educación y las condiciones de infraestructura, medio y materiales y estudiantes desnutridos en nuestra patria.

Sin lugar a dudas estas reflexiones nos orienta a un solo objetivo, luchar por la unidad de los peruanos y luego buscar la transformación de la sociedad, donde el estado este al servicio de los más necesitados y no como en la actualidad, al servicio del poder económico y fundamentalmente del capital extranjero, cuyo interés es tener a una población ignorante y dócil, y ello se consigue con una educación como la nuestra, condicionada por medios de comunicación donde se presentan programas con contenidos negativos y denigrantes de los valores humanos.





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