8 DE MARZO : MUJER Y CAMBIO
Por: Pedro Ayala
Cada año, con mucho mayor impacto se celebra el día internacional de la mujer (fecha instituida desde 1 910 en un Congreso Internacional de Mujeres Socialistas, como homenaje a las mujeres que un 8 de marzo de 1857 marcharon por las calles Nueva York reclamando mejores condiciones laborales), en esta fecha especial se revalora el papel decisivo que tiene la mujer en la sociedad, se escucha cada vez más fuerte el pedido por que ellas accedan a espacios que antes les eran negados, ni que hablar del reclamo por mayor participación en la vida política del país.
Los hombres de izquierda no solo saludamos y apoyamos esas iniciativas, sino que estamos en la obligación de promoverlas. Creemos que la construcción de una nueva sociedad es inherente al papel transformador, a la sensibilidad, el amor, el compromiso que una mujer puede imprimirle a las cosas que hace.
Ciertamente, uno de los mejores ejemplos de mujer revolucionaria lo podemos encontrar en Micaela Bastidas, dignas herederas de esa estirpe son las madres peruanas que tienen que enfrentar cada día la lucha por la sobrevivencia con un estado que parece empeñarse en hacerles la vida imposible.
Nada nos regocija más que su organización y participación en la vida social y política, sin embargo discrepamos en el hecho de que esto se logre a través de leyes y reglamentos dentro de una sociedad que las condena a ser víctimas de un machismo casi heredado y reproducido por ellas mismas, y nos convencemos más de esta posición cuando viene a nuestra mente que el Perú es uno de los países con más leyes y reglamentos que parecen ser dictados para poder “sacarles la vuelta”.
Nosotros afirmamos que la lucha por la equidad de género es inherente a un proceso de transformación social que ponga al ser humano (hombre y mujer) como fin supremo de la sociedad, con igualdad (real) de oportunidades, por eso no es cierto tampoco que un buen gobierno se resuelva a través de una disputa de género; no por ser gobernante una mujer las cosas van a cambiar (tenemos que señalar esto porque hace unos días escuchábamos a una activista mujer, militante del partido humanista, señalar que los hombres habían gobernado por más de mil años y estábamos viendo las consecuencias).Se nos ponen los pelos de punta cuando imaginamos tener por gobernante a Lourdes Flores o a la tal Lourdes Alcorta, a alguna de las tres Marthas del fujimorísmo, a Laura Bozo o a Magaly Medina. No es menos nefasto el papel de Margaret Thatcher (iniciadora del modelo neoliberal) o la mismísima Michel Bachelet (continuadora de la alianza gobernante del Partido Socialista chileno y el más rancio pinochetismo).
Mil veces nos quedamos con las madres peruanas de a pie, con las niñas mujer que a muy temprana edad tienen que suplir el juego por el trabajo, con las mujeres revolucionarias que enfrentan cada día la lucha no solo por la sobrevivencia, sino que también por un Perú nuevo dentro de un mundo nuevo, a ellas nuestro mejor homenaje:
¡Feliz día internacional de la mujer!
Por: Pedro Ayala
Cada año, con mucho mayor impacto se celebra el día internacional de la mujer (fecha instituida desde 1 910 en un Congreso Internacional de Mujeres Socialistas, como homenaje a las mujeres que un 8 de marzo de 1857 marcharon por las calles Nueva York reclamando mejores condiciones laborales), en esta fecha especial se revalora el papel decisivo que tiene la mujer en la sociedad, se escucha cada vez más fuerte el pedido por que ellas accedan a espacios que antes les eran negados, ni que hablar del reclamo por mayor participación en la vida política del país.
Los hombres de izquierda no solo saludamos y apoyamos esas iniciativas, sino que estamos en la obligación de promoverlas. Creemos que la construcción de una nueva sociedad es inherente al papel transformador, a la sensibilidad, el amor, el compromiso que una mujer puede imprimirle a las cosas que hace.
Ciertamente, uno de los mejores ejemplos de mujer revolucionaria lo podemos encontrar en Micaela Bastidas, dignas herederas de esa estirpe son las madres peruanas que tienen que enfrentar cada día la lucha por la sobrevivencia con un estado que parece empeñarse en hacerles la vida imposible.
Nada nos regocija más que su organización y participación en la vida social y política, sin embargo discrepamos en el hecho de que esto se logre a través de leyes y reglamentos dentro de una sociedad que las condena a ser víctimas de un machismo casi heredado y reproducido por ellas mismas, y nos convencemos más de esta posición cuando viene a nuestra mente que el Perú es uno de los países con más leyes y reglamentos que parecen ser dictados para poder “sacarles la vuelta”.
Nosotros afirmamos que la lucha por la equidad de género es inherente a un proceso de transformación social que ponga al ser humano (hombre y mujer) como fin supremo de la sociedad, con igualdad (real) de oportunidades, por eso no es cierto tampoco que un buen gobierno se resuelva a través de una disputa de género; no por ser gobernante una mujer las cosas van a cambiar (tenemos que señalar esto porque hace unos días escuchábamos a una activista mujer, militante del partido humanista, señalar que los hombres habían gobernado por más de mil años y estábamos viendo las consecuencias).Se nos ponen los pelos de punta cuando imaginamos tener por gobernante a Lourdes Flores o a la tal Lourdes Alcorta, a alguna de las tres Marthas del fujimorísmo, a Laura Bozo o a Magaly Medina. No es menos nefasto el papel de Margaret Thatcher (iniciadora del modelo neoliberal) o la mismísima Michel Bachelet (continuadora de la alianza gobernante del Partido Socialista chileno y el más rancio pinochetismo).
Mil veces nos quedamos con las madres peruanas de a pie, con las niñas mujer que a muy temprana edad tienen que suplir el juego por el trabajo, con las mujeres revolucionarias que enfrentan cada día la lucha no solo por la sobrevivencia, sino que también por un Perú nuevo dentro de un mundo nuevo, a ellas nuestro mejor homenaje:
¡Feliz día internacional de la mujer!
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