Izquierda: unidad, renovación y cambio
Por Yomar Meléndez Rosas *
Formo parte de un grupo de ciudadanas y ciudadanos que desde finales del 2009 pretende reimpulsar el espacio de la izquierda. Lo hacemos conscientes de que el Bloque de Cambio requiere una fuerza izquierdista firme que empuje el proceso hasta lograr las mayores y más profundas transformaciones que la patria necesita. No para socavar los liderazgos políticos existentes; nuestra intención es fortalecerlos, sin excluir la posibilidad de que surjan nuevas representaciones cuyo objetivo será vigorizar el Polo del Cambio.
El espacio se basa en valorar la unidad que la izquierda de manera suicida no ha logrado recomponer. La unidad responde al sentimiento popular que por todas partes la exige y también al entendimiento de que al margen de ella es imposible avanzar. Su valor no es para nosotros sólo electoral, tiene un sentido profundamente estratégico, pues de su vigencia dependerán los triunfos y su sostenibilidad. Somos conscientes, sin embargo, que lograr la unidad no depende de que todos nos sentemos alrededor de una mesa sino de una auténtica voluntad política que debe incluir renunciamientos y, además, acciones y trabajo conjunto.
Otra de las características del agrupamiento debe ser la renovación. Es una demanda que trasciende los fueros partidarios y que, en algunos casos, se pretende distorsionar. Los que se oponen a ella la identifican con lucha generacional sin reconocer que las generaciones existen y se encargan -como dice Miguel Gutiérrez, autor de El viejo sauro se retira- de aprehender el flujo del tiempo y comprender de mejor manera un momento de la conciencia social del país. Pero la renovación no se debe circunscribir al asunto generacional. Es mucho más que eso: implica mejorar la administración de nuestras propias organizaciones usando mecanismos modernos, optimizar la relación con la gente a la que deseamos encarnar conociendo científicamente sus características y expectativas. En otras palabras, aunque parezca contradictorio, implica volver a las fuentes primigenias que hicieron del socialismo la vanguardia del pensamiento de la Humanidad.
Unidad y renovación permitirán allanar el camino del cambio. Cambio de fondo que requiere una nueva Carta Constitucional en cuyos contenidos se modifique la injusta distribución del poder entre pobres y ricos, entre nacionales y extranjeros; que democratice auténticamente el Estado; que valore a la persona, pero también a la Naturaleza. Cambio radical que precisa de un gobierno nacional capaz de recuperar el Perú para los peruanos, con una estrategia de desarrollo productivo que impulse las actividades industriales y agropecuarias y no sólo la exportación de materias primas. En fin, transformación de verdad que nos permita llegar al Bicentenario de la llamada Independencia en situación de Estado Plurinacional efectivamente libre.
Los retos, entonces, son enormes. Derivará de nosotros mismos su concreción. Si ponemos por delante los intereses del pueblo y su emancipación, todo será más fácil.
*Abogado. Vicepresidente Nacional del Movimiento Nueva Izquierda.
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