¿CUESTION DE CONFIANZA?
Por: Oscar Felipe Ventura
El Dr. García ha amenazado con “disolver” el Congreso si no se aprueba su renovación. “No me voy del gobierno sin que antes se apruebe la renovación por mitades en el parlamento…”, ha dicho el mandatario. Pero ha ido más allá pues ha manifestado que si el Congreso no lo hace, hará “cuestión de confianza”. Se refiere al artículo 134º de la Constitución Política del Perú que estipula que “El Presidente … está facultado para disolver el Congreso si éste ha censurado o negado su confianza a dos Consejos de Ministros.
Se trata de reformas constitucionales para ampliar las causales de disolución del Congreso. Pero el Sr. García confunde los conceptos renovación con revocatoria. Quiere castigar a los malos congresistas; para eso se usa la figura de la revocatoria (cambio por mal desempeño). La renovación es el cambio de congresistas de acuerdo a mecanismos especiales y que se usa en algunos países de América Latina. La renovación no es un castigo. Si el Dr. García quiere sancionar a los malos congresistas, pues que pida la revocatoria del mandato congresal y también del ejercicio presidencial. Pero la intención es otra. El Presidente esta obsesionado en afianzar su autoritarismo con rasgos fascistas. Quiere “disolver” el Congreso para legislar mediante Decretos de Urgencia que tienen rango de ley. (art. 135º Constitución). El cambio de ministro de Economía está en la misma lógica.
El problema va más allá de la renovación y la revocatoria. Es mucho más complejo. La crisis del Congreso en un síntoma y un efecto. Es la crisis de la democracia representativa. “La democracia de los demócratas contemporáneas es la democracia capitalista. Y esta democracia se encuentra en decadencia y disolución. El parlamento es el órgano, es el corazón de la democracia. Y el parlamento ha cesado de corresponder a sus fines y ha perdido su autoridad y su función en el organismo democrático. La democracia se muere de mal cardiaco”, sostuvo José Carlos Mariátegui en su tiempo; tesis que mantienen palpitante actualidad.
Hoy, la democracia en Perú es un proceso inconcluso. La democracia para ser real necesita superar todas las vertientes del despotismo, todas las variantes del autoritarismo y todas las modalidades de opresión. Y esto solo será posible con una alternativa al neoliberalismo, la que debe basarse en un Proyecto Nacional, con una nueva Constitución para fundar una nueva República, con un gobierno democrático, patriótico y de unidad popular.
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